Esta fue mi aportación a la vigésima y última edición del festival Cantamañanas. En esta ocasión, la temática era libre, lo que me permitió volcar en el mural una reflexión más íntima. Decidí centrar la narrativa en mi propia relación personal y laboral con el arte en ese momento de mi vida, explorando las emociones, tensiones y motivaciones que atravesaban mi trayectoria artística entonces.